Don Pedro Tudela y Tudela, médico, hizo testamento ante el Notario Juan Antonio Riquelme en febrero de 1746 dejando su herencia a una Fundación cuyo fin era la construcción de un Hospital para alojar y recuperar tanto a los caminantes y acoger a los vecinos que necesitaban calor y pan. Nombró patronos de la Fundación a los alcaldes y vicarios de la villa de forma hereditaria con el cargo.

Desde mediados del XIX este tipo de lugar entró en decadencia, sus funciones se trasladaron a otros edificios, se vendieron o desamortizaron. Los que quedaron, este y otros como el de los Reyes Católicos en Compostela estuvieron en funcionamiento hasta los años cincuenta del siglo pasado. El cambio de uso más apropiado a su lógica arquitectónica era el de hostal, no en vano ambas instituciones tienen la misma raíz etimológica latina hospitālis, relativo a huésped. 

Si bien el Hospital de Compostela cambió de uso de inmediato, primero a Hostal y luego a Hotel, el de Torrellas sufrió un deterioro que no se frenó hasta que en el año 2000 se disuelve la Fundación y el Ayuntamiento se hace cargo de la propiedad del edificio, consigue financiación para su reforma y se decide que sería una Casa Rural de gestión privada.

De alguna forma, la memoria de su patrocinador ha quedado resguardada como lugar de descanso y reanimación para continuar el camino. Y para que no solo el cuerpo descanse, el Ayuntamiento hizo una apuesta por la colaboración con jóvenes poetas que dieran su aliento a la inteligencia que se pone en movimiento cuando el cuerpo frena.

Para nosotros, este también es un viaje, un anhelo que esperamos compartir con todos los que os animéis a venir a conocernos.

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